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PLANETA CLACOWSKY, el viaje de la “Antimateria” hacia Ana Martínez.

LUNES 14 DE MAYO DE 2018/ La Tribuna de Albacete/ ANA MARTÍNEZ

CLACOWSKY es el proyecto personal de David Sarrión, al que se unieron otros músicos y cantantes para pasearlo por festivales y propuestas donde la poesía es la protagonista.

PLANETA CLACOWSKY

La banda performática materializa en su primer elepé una propuesta inclasificable en la que pone música a los versos exorcizados por David Sarrión.

Dicen que la antimateria es contraria a la materia común. Pareciera que la definición estuviera basada en Clacowsky, la banda performática de David Sarrión, una propuesta más insólita que corriente en la que el poeta escupe sus versos al compás de un improvisado ritmo que cumple el principio de acción-reacción.
En Clacowsky todo puede pasar, nada está estereotipado, ni barruntado, ni meditado… La banda nunca ha sido pretenciosa ni ha buscado fama ni ganancias. Su mística, su inocencia, su bondad… la llevan pa- seando varios años por festivales que maridan la poesía con otras artes como la música, el teatro, la danza…
Pero todo cambia, nada permanece, todo momento es efímero y entendiendo el riesgo de materializar un proyecto antimaterializable, CLACOWSKY presenta este sábado en el Teatro Circo su ópera prima, ANTIMATERIA, un elepé con nueve poemas de David Sarrión, producido por Miguel Ángel Gascón, en Calypso Studios, y editado por el sello discográfico El Hombre Music.
Nueve poemas que Sarrión no canta, más declama, grita, exorciza… Versos que reivindican conciencia y una existencia filosófica, que tratan de hacernos ver «lo que fuimos, lo que somos y la verdadera suerte que supone estar vivos», explica el poeta albaceteño, que cree que debemos tomar conciencia de que estar vivos «es un milagro» y que no tiene sentido desaprovecharlo con una forma de vida «que no nos ayuda en el presente ni ayudará en el futuro a las generaciones posteriores». Huye a un país, donde no haya edificios, ni empresas, que aflore en ti, la esperanza de un mundo mejor, vocifera David Sarrión mientras Sergio Hernández (guitarra), Fran García (bajo), Cristina Olmedilla (chelo), Juan Alfaro (batería) y Lázaro Gabaldón (cigarbox), ocasionalmente con Bianca Collado a los coros, conducen al espectador hacia una atmósfera única e irrepetible, un planeta de concienciación en el que flotan poemas existenciales con luz propia y mensajes esperanzadores.

Huye de aquí si te crees lo que dice el Gobierno. Quieren de ti que ni pienses ni tengas ideas. «Estamos aquí para romper las reglas, lo establecido, para ser políticamente incorrectos, para decir verdades y no engañarnos a nosotros mismos ni a las personas que tenemos delante», dice David Sarrión, convencido de que vivimos en un mundo «bastante alejado de la verdad, donde la gente se acerca a los demás para conseguir un objetivo». Pero en Clacowsky ocurre todo lo contrario: «Si estamos juntos es porque nos queremos y porque nos hace mejores personas». En el libreto de Antimateria figuran poemas de los dos últimos libros de David Sarrión, Breve Teoría del Desastre y Geometría del Abismo. Poemas que se transforman en la partitura de los músicos porque sólo así «intentamos dar sentido a las canciones», significa Sergio Hernández.

SINGULARIDAD. Si hay algo de singular en esta banda poético-musical es que nada está estudiado, simplemente sucede para después buscar o darle una explicación. Clacowsky levita por la inconsciencia, no se para a pensar, a meditar, a hacer un plan, «nosotros nos dejamos fluir, compartimos la energía de lo que supone que tres, cinco o siete personas estén juntas haciendo música sin la necesidad de comunicarse con palabras». Eso es la antimateria, «lo que se no ve pero es imprescindible», reflexiona Sarrión. Este proyecto creativo nació con un planteamiento romántico, un proyecto de salvación personal del propio poeta donde su obra adquiere todo el protagonismo hasta que entra la música y se divive en dos: «Casi siempre la música responde a ciertas palabras, ciertos momentos de intensidad máxima o mínima…», trata de aclarar Sergio Hernández.

El diseño artístico de la portada de Antimateria es obra de Chema Arake.

Por mucho empeño que pongamos, clasificar, identificar, catalogar, encasillar o etiquetar a Clacowsky es sumamente difícil, por no decir imposible. Materializar este proyecto vivencial que se aleja de viejas y nuevas costumbres musicales para posicionarse en la subcultura y en el underground hay que atribuírselo al sello musical El Hombre Music, que ha logrado que la banda se meta en estudio para grabar esos nueve temas de Antimateria que han quedado recogidos en un vinilo.
Un disco complejo de definir, sin estilo concreto, más cercano a un cajón desastre lleno de retales, en el que quizá predomine el blues-rock, algo de psicodelia y, fundamentalmente, las influencias clásicas de Cristina Olmedilla, las de Juan a la batería o Fran al bajo… «Clacowsky es la fusión de varios estilos, una especie de mezcla que sale homogéna», dice uno de sus guitarras.
Mientras David Sarrión conjuga esos versos que escribe para que tomemos conciencia sobre el sistema capitalista que nos está corrompiendo como personas, al tiempo que nos aleja de lo verdaderamente esencial de la vida, la banda aporta el ambiente que acompaña a la palabra, un batiburrillo de disco en el que han querido colaborar desde la cantautora Rozalén hasta el cantaor de flamenco Alejandro
Villaescusa.

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